Julio Andrade Rodríguez nació
en tulcan de la provincia del Carchi, en agosto de
1862. Sus padres fueron don Rafael Andrade y doña Alegría Rodríguez. Su
instrucción primaria la recibió en Ibarra a cargo de los PP. Capuchinos, y la
secundaria en el Colegio Seminario San Diego de los PP. Lazaristas. Cuando
cumplía los 13 años de edad, se notaba en Julio una virtualidad especial:
elocuente, fuerte, dinámico, esbelto; de personalidad gallarda, enérgica y
armoniosa. Era un excelente deportista; mucho le agradaba la pelota nacional o
de guante; la natación era su delirio; excelente y preciso tirador, no fallaba
al blanco.
Cursó sus estudios superiores en la Facultad de Derecho, bajo la dirección de
Carlos Rodolfo Tobar, quien al examinar a Julio Andrade, quedó asombrado de la
capacidad intelectual de este alumno, de diáfana mentalidad, claridad de
pensamiento y equilibrio de su razón; este profesor al calificar a Julio
Andrade, al margen de su boletín de calificaciones, le escribía estas
observaciones: inteligente, brillante y generoso de corazón, lástima que sea
liberal".
En 1883 formó parte de las filas del guerrillero General Landázuri,
aprovechando que se encontraba en vacaciones; entra a Quito, pulverizando a
Ignacio de Veintimilla, conquistando así una de las primeras victorias. Después
de este acontecimiento continua sus estudios universitarios; pero en las
próximas vacaciones, entabla amistad con la colombiana Elisa Thomas, con quien
contrae matrimonio; abandonando sus estudios superiores, regresa a Imbabura,
para dedicarse a la agricultura en los terrenos de sus padres. Luego se traslada
a Francia, visita París, asiste a la Cámara de Diputados con el afán de aprender
algo en el Parlamento. Regresa a su país, y en 1894 organiza nuevas guerrillas
comandadas por su espada y con la ayuda del General Emilio Marín Terán, en favor
de las fuerzas realistas, entregándose por entero a la causa del Viejo Luchador.
El General Julio Andrade fue elegido para la Asamblea Nacional Constituyente
de 1897, como representante de Imbabura, porque vivía en Otavalo, en esta
oportunidad hizo oír su voz llena de fervor cívico y su palabra candente en sus
intervenciones recabando justicia y libertad.
En 1900 fue nombrado Jefe Civil y Militar del Azuay; allí se granjeó la buena
voluntad de los altos personajes como: Homero Vásquez, Remigio Crespo Toral; los
hermanos Cordero Dávila, etc. Su gestión en este departamento fue brillante,
consiguió paz y tranquilidad para estos pueblos En el régimen de Leonidas Plaza
desempeñó las funciones de Ministro de Instrucción Pública Embajador del Ecuador
en Bogotá; luego en Caracas como Ministro Plenipotenciario.
Una espontanea expresión popular se pronunció por su candidatura a la
Presidencia de la República, en vista de poseer el General Julio Andrade muchos
méritos; al aceptar esta postulación declinó su mando militar; pero la artera
traición, envidia, cobardía y morbosidad segaron su vida, llegando el día fatal
5 de marzo de 1912, que según se dice murió envenenado Muchas esperanzas cifraba
la nación en este hombre ya ilustre que podía regir los destinos del Ecuador.
Más los hados funestos no le permitieron y se extinguió su vida, se podía
realizar una obra positiva a beneficio del pueblo y del país
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